Arte-Sano - Enciende tu Hoguera

 

Para la cultura andina no es inevitablemente necesario primero tener ideas y luego aplicarlas a la realidad, el cóndor por ejemplo se identifica y ubica en las corrientes y ciclos favorables  para desplegar su vuelo.

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Por: Emerson Hidalgo

 

La obra de Yauri comprende el proyecto histórico universal de un conglomerado de pueblos y nacionalidades indígenas y campesinas de Abya Yala, son sus practicas sociales y familiares, su milenaria cotidianidad que late, silva, llama, respira en las esquinas de Quito, en plaza  de ponchos de Otavalo donde el origen del día matiza su color calido en los sombreros y las  “huma huatarina” de los artesanos y artesanas que desde la madrugada comparten su sabiduría andina y su tradición artística plástica en pequeños formatos. Yauri responde a todos los estímulos de su cotidianidad con talento artístico, conciencia histórica discernidora, vida universitaria, proyectos de investigación, audiovisuales, plásticos, y una praxis militante en su joven colectivo cultural Imbabureño “Arkipus” con quienes retando las lógicas occidentales y con un sentido popular avanzan con análisis, reflexiones, reafirmaciones.

 

Yauri es un comunero urbano que camina por las emociones y las abstracciones, recoge y se acoge en todo lo natural y social que vibra en color , forma, textura y realidades para envolverse en la ritualidad universal de la creación estética y poner a su obra a salvo de los esquemas. El espacio geográfico y topográfico, sus vivencias interculturales, sus enriquecedores viajes por el sur y el norte de América, su participación en  la resistencia y lucha de las nacionalidades y pueblos originarios son determinantes en el elaboración de su pensamiento filosófico, por ello  los tópicos  de su serie “arte-sano” desarrolla  serios  planteamientos y relata íntimamente sus sentimientos. Esta serie visibiliza  un discurso antagónico al postmodernismo y sus obras marcan el devenir mítico - mágico de una realidad anhelada.

 

La filosofía andina y su paridad nos introduce al infinito artístico del artista, en su composición plástica descodifica el recorrido visual acostumbrado, la textura tramada enraíza los seres y las escenas neo-figurativas e icnográficas disímil al  impresionismo y expresionismo antes cultivado por el artista. La lectura semántica de los elementos y su tratamiento revela la espiritualidad y la paz que encuentra con esta serie.

 

La demarcación de los espacios en su obra se adjudica la milenaria sabiduría y audacia con la cual los “amautas”  hallaron la solución geométrica fractal al imposible problema de cuadrar el circulo.

 

Nuevos  sentidos, valores plásticos, formas comunicativas y cosmogramas debutan, su analogía acromática cosmogoniza todos los recursos de la plástica en presencia de los sus “curacas” espirituales.

Todo el cosmo  vivo está presente en la obra de Yauri, la complementariedad, reciprocidad, dualidad está en la síntesis lineal que atraviesa sutil el espacio como el pez y segura como el águila, el jaguar, la culebra y otros elementos   del mismo modo se abrigan en la dialéctica de sus significaciones. A mi parecer la llama  observa al espectador de esta muestra con un semblante de ojos y dientes paramos y el cuy lo limpia de raíz.

 

En  conclusión, Yauri como artesano afirma la textura del maíz y el  tejido cósmico de su comunidad, ese es su sentir cotidiano…